miércoles, 21 de mayo de 2008

Reportage: Tarraco patrimonio mundial

EL NÚCLEO URBANO DE TARRACO:

Las ciudades romanas eran ciudades vivas y en sus calles se disfrutaba una especial vitalidad. En ellas se entremezclan gentes de todas las clases sociales y se realizaba todo tipo de actividades políticas, religiosas y comerciales. Tarraco también debió de ser así. Se encontraba ubicada en un punto de notable interés estratégico. Situada a cuatro días de navegación del puerto de Roma, se convirtió en el principal punto de enlace entre la capital del imperio y la península ibérica.

La topografía de la ciudad debió jugar un papel destacado en el momento de llebar a cabo su planificación y articulación. la presencia de un barranco natura que seguía más o menos el trazado de las actuales calles Unión y Apodaca, así como la existencia de las elevaciones importantes a lado y lado del mismo, influyeron de forma determinante en su trazado urbano. La estructura del terreno en terrazas posibilitó la creación de una importante y planificada red viaria articulada por calles y plazas.

La ciudad estubo desde sus inicios dividida en dos espacios: uno vinculado a las necesidades de la guarnición romana y otra de carácter residencial. A partir de la segunda mitad del siglo II d. de C. estos dos núcleos se unieron dando lugar a un único centro urbano de unas cincuenta hectáreas. No obstante, siguió existiendo un sector relacionado con la presencia oficial separado del resto de la ciudad. El sector residencial de Tarraco estaba instalado en la parte inferior de la ciudad. Poco es lo que sabemos de las características de las casas romanas de Tarraco ya que ninguna ha sido excavada en extensión.


Las calles de la ciudad estaban pavimentadas, con aceras a lado y lado. Generalmente los autores clásicos nos hablan de calles sucias y tumultosas. A pesar de ello, todos los núcleos urbanos disponían de una importante infraestructura urbana. Por debajo de las aceras circulaba toda una compleja trama de canalizaciones, generalmente de plomo, que abastecía de agua corriente a algunos edificios y a las fuentes púlicas. Esta infraestructura se complementaba mediante una compleja red de alcaltarillado que permitía mantener limpia la vía pública de la ciudad.


El foro de la colonia estaba situado en la parte baja de la ciudad y era el centro neurálgico de la Tarraco romana. A él llegaban las calles principales y en él se concentraba toda la actividad económica de la ciudad. Era una plaza porticada donde se encontraban edificios de culto y un área comercialy administrativa. El espació de culto estaba presidido por un templo dedicado seguramente a la tríada capitolina o divinidades supremas de Roma: Júpiter, Juno y Minerva. El área administrativa estaba constituida por diversos edificios entre los que cabía destacar la curia o lugar de reunión del consejo de la ciudad y una basílica. En los porches que rodeaban el recinto se abría una serie de tiendas y recintos comerciales.

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Biografía de una ciudad romana:

Tal como cita el autor latino Plinio a finales del siglo I d. de C., Tarraco fue obra de los Escipiones. La ciudad surge a raíz de la llegada de los ejércitos romanos a la península ibérica en 218 a. de C., en la llamada Segunda Guerra Púnica. Un cuerpo expedicionario romano desembarcó en la ciudad griega de Emporion, la actual Ampurias, para dirigirse rápidamente al sur con el fin de controlar las tierras del norte del Ebro. Las tropas romanas estaban comandadas por Cneo Escipión al que se le añadió su hermano Publio Cornelio. Después de vencer en un primer combate a los cartagineses, dejaron una pequeña guarnición que pronto se transformó en la principal base militar romana en Hispania y en la ciudad de Tarraco. Ésta tubo una consolidación urbana muy rápida. La presencia militar estable comportó la llegada no solamente de soldados, sino que también de comerciantes y ciudadanos romanos que vieron en Hispania una nueva tierra de oportunidades.

Durante los siglos II y I a. de C., Roma ocupó militarmente casi toda la península Ibérica, dividiéndola en dos provincias: la Hispania Ulterior y la Hispania Citerior. Tarraco creció de forma accelerada y se convirtió, junto a Cartago Nova ( la actual Cartagena), en la ciudad más importante de la Hispania Citerior. No obstante fue durante los años 26 y 25 a. de C., cuando Augusto, el primer emperador romano, escogió Tarraco como base de la retaguardia en su campaña contra cantábros y astures. Gracias a esta presencia del emperador, Tarraco se consolidó como colonia y sobretodo como capital provincial de la Hispania Citerior. Fue en este momento cuando se empezó a modificar toda la parte baja de la ciudad, se reformaron las vías de acceso, como la Vía Augusta y se erigió un teatro. Se inició así el proceso de emulación e imitación a Roma, estimulado des de la capital del Imperio pero que protagonizarón las elites locales y provinciales partidarias de la integración política y social al nuevo orden imperial. Muestra de ello es que, a la muerte de Augusto, los tarraconenses solicitaron permiso a su sucesor Tiberio para erigirle un templo.



Durante los siglos I d. de C. la ciudad creció y se consolidó. En el año 68 el emperador Nerón fue asesinado. Se inició así un periodo de convulsión marcado por una sangrienta guerra civil. Vespasiano fue quién finalmente tomó el poder. Se inició así la dinastía Flavia y un momento de gran esplendor para las provincias hispanas y, como no, para Tarraco. Gracias al apoyo prestado a la causa, Vespasiano concedió el derecho latino a Hispania (lus latin), entorno al año 73 d. de C. A partir de este momento todos los hispanos fueron considerados ciudadanos romanos de pleno derecho (derecho a la propiedad, derechos políticos, fiscales...). Todo ello conllevo la necesidad de crear una nueva administración que se adecuada a esa realidad. surgía así, sobre la base creada por Augusto, una novedosa red administrativa que tenía como núcleo rector la capital provincial. A la cabeza de esta estructura se encontraba el Consejo Provincial de la provincia. Tarraco, como capital de la Hispania Citerior, dispusó de dos foros administrativios: uno colonial como ciudad y otro provincial como capital de un territorio. El complejo arquitectónico del foro provincial se completó en época del emperador Domiciano ( finales del siglo I d. de C.) con la construcción del circo.

Enre el siglo I y II d. de C. el imperio romano vivió una etapa de estabilidad interna. En el año 96 d. de C., una nueva dinastía, la de los Antoninos, tomó las rendas del imperio. De esta época son dos de los emperadores más importantes y conocidos de la historia de Roma: Trajano y Adriano, los dos nacidos en Hispania. Tarraco llegó en esta época a su máxima expresión. La ciudad delimitada por las murallas disfrutó de una importante vitalidad. Calles; plazas; fuentes públicas; termas; edificios públicos y privados, y el puerto reflejaron una etapa floreciente. Tarraco se consolidó como una de las urbes de referencia del Mediterraneo Occidental y de esta época es la construcción del último de sus grandes edificio de entretenimiento: el amfiteatro, un edificio capaz tanto de contribuir a la paz social como de mostrar la riqueza y diversidad del mundo romano. El emperador Adriano residió también una temporada en Tarraco, su interés por el estado de las privincias hizo quese acuñasen monedas conmemorando sus visitas a la ciudad.

1 comentario:

Què t'anava a dir dijo...

Avui feien unes jornades especials sobre la tarragona romana. Hi has anat?